Búscame, en el bosque virginal de la alborada,
corazón de la aurora, donde siempre brilla el sol,
Estaré allí, en el perfume que la tierra invade,
cuando viene creciendo la mañana.
Búscame en la oscuridad de la noche,
en cada canto nocturno del grillo,
en cada suspirar de la bruma,
en cada sonido, en cada canción,
y en cada latido de tu hermoso corazón.
me hallarás en el eco de tu voz, tu eterno suspirar,
despierta en tu mirada, en la sombra de tus pasos,
en la caricia musical del aire,
en el sonido fiel de la campana…
¡Siempre me encontrarás!
Me encontrarás en los fulgores de la luz que llega majestuosa,
y despierta misteriosa, el color en el paisaje.
Me encontrarás alrededor y dentro de tí...
descúbreme en los árboles y en la lluvia cayendo sobre las hojas,
deslizándose al caer al suelo, mojada como caricia,
oye mi voz en ella, llamándote al paraíso,
que se tiende a tu tarde, como un abrazo mío ante tus pies.
Búscame amor... búscame en la colina, o el horizonte,
dónde sale y se pone el sol,
estaré allí, perdida entre tus sombras vacías, y tan llenas de mí.
Búscame en el aire, en el aliento que respiras,
en la flor que se abre ante la aurora,
y se cierra descansando en el ocaso,
o en la calma del crepúsculo de cada atardecer.
Estaré allí siempre a tu lado,
perdida entre las sombras de los recuerdos más hermosos,
forma etérea del amor sin tiempo,
sin distancia, sin principio... pero sin final.
Vida: Búscame allí, en cada átomo, en cada flor,
en cada pensamiento, en cada corazón,
en cada canto de los pájaros, en cada melodía,
en cada oración, en cada sonrisa de un niño,
en cada sabia palabra del viejo,
en cada reposo de tu cuerpo cansado,
en cada parpadear de tus ojos con sueño,
en cada sueño tuyo y mío...
¡Suéñame y búscame, en cada despertar!
¡Llévame en tí... callado, sin nombre ya,
ni promesas, ni olvido, ni respuestas... ni esperanzas!
Siempre estaré allí, eternamente contigo.
Ahora duerme amor, cierra tus ojos, búscame dentro de tí...
en lo que más ames siempre, allí me encontrarás,
siempre tuya e incondicional, tu niña-mujer...
¡Por siempre en la eternidad!
Busca, y encuéntrame en tí, tu silencio,
sin nombre ya, sin patria, sin suelo, sin destino,
ni olvido, ni respuestas... ¡Ni esperanzas!
¡Búscame...Búscame!
Por siempre en el tiempo... ¡Búscame!
¡Y allí me encontrarás!
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